DDHH y nuevas tecnologías, una relación para reflexionar

Declaración Universal de los Derechos Humanos.
POR: GUILLERMO RUIBAL (*)

El 10 de diciembre se cumplieron 72 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Sólo habían pasado tres años del final de la Segunda Guerra Mundial y las sociedades no podían salir del terror producido por las imágenes del Holocausto.

Con este documento, la Asamblea General de la ONU, puso en letra un manojo de principios que buscaron poner en igualdad de derechos y dignidad a todas y todos los y las habitantes de este mundo.

En su artículo 2, Inciso 1, dice: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social. Posición económica, nacimiento o cualquier otra condición”.

La Constitución del ’49 de Juan Domingo Perón adhirió a la Declaración Universal.

Y a lo largo de sus 30 artículos remarca que son los Estados los que deben promover estos derechos y asegurar el acceso a ellos.

Un año después, la Constitución Argentina de 1949, encabezada por Juan Perón, adhirió y profundizó sus artículos a través de los principios sociales tan conocidos por los y las peronistas y tan necesario recordar. Todavía hoy, pocas veces se corrió los límites de los derechos del pueblo como en aquel texto.

Por estos días, en innumerables espacios políticos y gubernamentales, realizamos distintos actos recordatorios de aquella declaración, mientras miles de hombres y mujeres, niños y niñas, miran con la ñata contra el vidrio, como sólo un sector de nuestra sociedad disfruta de las libertades y las comodidades que nos prestan las nuevas tecnologías y el mundo moderno.

Los seres humanos, saben los comunicadores, sociólogos y filósofos, que somos seres simbólicos. Tenemos la capacidad de poner en palabras lo que nos pasa y lo que queremos. Y cada vez que comunicamos generamos un hecho cultural. En nuestro inconsciente colectivo se guardan los datos de esos significantes que generamos.

¿Meritocracia y marginalidad?

Quienes trabajan en la industria cultural, esto lo saben y muy bien. Y saben que la instalación y transformación de los términos lingüisticos no es inocente. La palabra “meritocracia” nos revota en las paredes de nuestro cerebro y se va quedando y asimilando, produciendo mayor marginalidad y profundizando las brechas sociales.

La producción de bienes culturales aporta a la democratización y necesita del Estado.

Tal vez sea hora que nos pongamos de acuerdo en una realidad que impide, que la declaración del 48 y la letra de aquella constitución eliminada del 49, no será una realidad hasta que el acceso a los recursos tecnológicos sea un derecho para todos y todas. Como también la producción de bienes culturales locales de calidad, porque la calidad también forma parte de la democratización y sin Estados fuertes esto, el cotidiano mismo lo demuestra, es imposible.

(*) Director de Derechos Humanos de la Municipalidad de Córdoba.

1 Comentario on "DDHH y nuevas tecnologías, una relación para reflexionar"

  1. Excelente nota, remarcando la necesidad de q los estados profundicen la llegada de la tecnología a los lugares q menos considerados están( siendo ellos el pilar fundamental, no solo en mantener y darle fuerza a nuestra democracia, sino también en el rodar de la economía )..Brindarles un acceso a estas herramientas, es darle, la famosa pala q muchos piden q deben agarrar y hasta ahora se la negaban!..

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