El valor de una profesión

POR: CÉSAR ARESE (*)

María Eva Centeno era una estudiante de derecho y un día, para ser precisos el 31 de diciembre de 1974, su padre, un reconocido abogado laboralista, le explico la sustancia axiología y ética de su actividad: «El ejercicio de la profesión sólo es digna de seguirse cuando el abogado es capaz de apasionarse por la causa de los oprimidos en la defensa que haga de ella frente a los poderosos”.

Ese abogado, había redactado y logrado la aprobación de la Ley de Contrato de Trabajo, había sido militante peronista y desarrollado toda una carrera de abogado de sindicatos y trabajadores.

César Arese, juez -por concurso- de la Cámara de Trabajo de Córdoba.

Tres años y medio después de aquel encuentro íntimo, aquel abogado laboralista, Norberto Centeno, moria en una cámara de torturas de la dictadura militar, con el traje y la corbata de trabajo puestos. También un grupo de letrados fue masacrado en aquel 7 de julio de 1977 en la Ciudad de Mar del Plata.

Pero no fue un hecho aislado, decenas de abogados laboralistas fueron asesinados, desaparecidos, apresados, exiliados y cesanteados a lo largo de todo el país. Quienes se apasionaron por los oprimidos y ejercieron su defensa, fueron perseguidos sistemáticamente durante años.

De lo que se trataba era de suprimir el recurso del derecho para la defensa de los trabajadores y de tal forma, asegurar y profundizar, valga la redundancia, de la pérdida de derechos. Este recurso dejaba aislados a los trabajadores de la justicia de trabajo que, por otra parte, también fue intervenida.

Por ello se justifica, la entronización del 7 de julio de cada año, el Día del Abogado Laboralista que, por ley 27.115, rinde homenaje a los abogados asesinados en lo que se conoció como “La noche de las corbatas” en que fue asesinado Norberto Centeno y de todos los letrados que, por luchar por la Democracia y la República sufrieron el mismo destino o persecuciones de todo tipo.

(*) Doctor en Derecho. Juez -por concurso- de la Cámara de Trabajo de Córdoba.

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