El adiós

POR: RAÚL JIMÉNEZ (*)

El adiós congeló el planeta. Los fantasmas, se sabe, ignoran la tristeza. Desconocen el dolor y a menudo escriben garabatos en los diarios.

La noticia mostró un andén vacío donde sólo sobrevolaban las mariposas que todavía desconfían de la muerte.

Las tristezas no entraban todas juntas. En doble fila se fueron corriendo al fondo donde se confundieron con la impotencia y con la bronca.

Su nombre rugió de nuevo en las villas y los barrios pobres.

El del tobillo hinchado y corazón embarrado balconeaba mirando hacia abajo.

Estaban los que lloraban y decían que no era cierto, los que cantaban para que no se fuera y más atrás, nosotros, los que agradecíamos su nombre para que algún día volviera.

(*) Médico. Conductor del programa radial «El discreto encanto de los galenos».

Sé el primero en comentar "El adiós"

Deja un comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada..


*