La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que las personas con discapacidad tienen menos probabilidades de participar en la fuerza de trabajo, experimentan tasas más altas de desocupación y tasas más bajas de ocupación en general que las personas sin discapacidad.

Además, se enfrentan a tasas más bajas de ocupación pagada que proporciona seguridad financiera o beneficios sociales.

Es evidente que se necesitan más políticas favorables a la discapacidad para apoyarlas y promover su participación en el mercado laboral.

El artículo 27 (sobre el trabajo y ocupación ), aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 2006, establece «el derecho de las personas con discapacidad a trabajar, en pie de igualdad con los demás». Esto significa que deben disfrutar del mismo acceso a ocupación oportunidades, remuneración y derechos laborales que las personas sin discapacidad.

Grupo vulnerable

De manera similar, el Programa de desarrollo sostenible para 2030que fue adoptada por todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas en diciembre de 2015, identifica a las personas con discapacidades como uno de los varios grupos de personas vulnerables que deben ser empoderadas.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (SDG) contenidos en la Agenda 2030 hacen referencia explícita a la discapacidad en una serie de metas relacionadas con el mercado laboral y sus indicadores asociados.

Sin embargo, a pesar de la importante atención que se presta a las cuestiones de la discapacidad en el mundo del trabajo, sobre todo el 3 de diciembre, Día Internacional de las Personas con Discapacidades, las personas con discapacidad tienen menos probabilidades de participar en la fuerza de trabajo: casi dos tercios de los que están en edad de trabajar están fuera de la fuerza de trabajo.

Está claro: aún queda mucho por hacer.