Con el criterio de que los destinos cuyas opciones garanticen seguridad sanitaria son los que resultarán atractivos y se impondrán sobre el resto, La Rioja ofrece varios en condiciones de recibir al turismo y otros en proceso de estarlo para cuando se autorice la llegada de visitantes.

La primera alternativa es el Parque Nacional Talampaya, en el departamento Felipe Varela, que bajo gestión de la Nación en lo administrativo y de control, y de la provincia y privados en lo referido a circuitos, transporte, guiadas y otras concesiones, ya tuvo una breve apertura a fines de julio para el turismo interno, cuando se autorizó el movimiento entre localidades.

Fuentes de Turismo provincial avizoran que los turistas, primero locales y luego extranjeros, buscarán escapar de las aglomeraciones y disfrutar de los paseos al aire libre, para lo que La Rioja armó un listado con las excursiones o lugares que considera imprescindible visitar una vez que se pueda viajar.

Un espejo de sal cerca del cielo

En ese contexto figura también la Reserva Provincial Laguna Brava, en la Puna a más de 4.200 metros sobre el nivel del mar.

Se trata de un espejo de agua salitrosa que alberga aves migratorias, especialmente flamencos rosados, y fauna de altura, como vicuñas y zorros andinos, al que se puede visitar sólo con guías autorizados y en horarios limitados.

Este atractivo, que se encuentra en el departamento Vinchina, fue declarado sitio Ramsar, por lo que está protegido por la convención internacional del mismo nombre debido a su importancia como humedal y estación de aves migratorias.

Se caracteriza, además, por el turismo en un amplio espacio de soledades andinas donde pueden llegar pequeños grupos y mantener la distancia de seguridad sanitaria.