Todos los días se pone en marcha una operación política contra el gobierno nacional que los medios masivos se encargan de instalar en la sociedad, usando el impacto y su instrumento mejor afilado, la indignación.

Así se crea opinión pública desde un promontorio seguro y cómodo. Ahora bien, provocaciones como las de la diputada nacional Fernanda Vallejos, el aumento de sus dietas, sobre la expectativa inflacionaria que ella y sus pares votaron en el presupuesto; o ahora esta estúpida expresión del Presidente Alberto Fernández con respecto a su vocación latinoamericanista pero europeísta a la vez, cerrando con ese desprecio porteño por la raíz profunda del interior profundo… a mi me parece que hacen innecesarios los desvelos de la oposición para posicionarse.

La situación es devastadora, muertos, contagios, inflación, desesperanza creciente…y esta dirigencia que dice interpretar a los sectores populares comete tropiezos eludibles como si ignorara que los enemigos de siempre se frotan las manos.

Errático

Fernándes sigue un rumbo demasiado errático, quizás reconociendo que su momento histórico es hoy y no habrá mañana; no sé, es rara tanta equivocación.

Decir esta pavada irrespetuosa no lo pondrá de novio con la clase media blanca europea de Buenos Aires que en gran proporción odia al peronismo. Este error político se comete justo en los días de junio en los que se recuerda la ejecución, en 1956, de 27 civiles y militares en los basurales de José León Suárez, provincia de Buenos Aires.

Entre el 9 y el 12 de junio de 1956 veintisiete civiles y militares fueron ejecutados en una zona de basurales de José León Suárez, provincia de Buenos Aires.

Rodolfo Walsh relata de manera magistral aquel espanto en Operación Masacre.

El aniquilamiento terrorífico nos recuerda desde la historia la vigencia de dos países.

¿Había necesidad de ser tan estúpido, Fernández?

(*) Periodista y escritor.