El derecho a la identidad, nuestro «derecho bisagra»

POR: ORNELLA INFANTE

la sanción de la Ley de Identidad de Género -el 9 de mayo de 2012- la viví con emociones encontradas, por un lado nos faltaba Claudia Pía Baudracco, la principal impulsora de la ley, quien había fallecido unos meses antes de la promulgación. Y, al mismo tiempo, con una inmensa alegría porque la ley se iba a aprobar en las provincias donde con Claudia Pía, las compañeras y los compañeros de la Asociación de Través Transexuales y Transgéneros de la Argentina (ATTTA), la Federación Argentina LGBT (FALGBT ) y otras organizaciones, habíamos hecho un largo proceso de concientización y sensibilización a la par de trabajos de incidencia con diputados, diputadas, senadores y senadoras que, más allá de sus partidos políticos, habían marcado su acompañamiento a la ley.

La Ley de Identidad de Género es un paso fundamental para la reparación histórica hacia nuestra población que -hasta hoy- tiene una perspectiva de vida de entre 35 y 40 años producto de la discriminación, la criminalización, la negación sistemática de derechos y su correlato en términos de estigmatización en el imaginario y las instituciones sociales en general, pero principalmente en las familias.

Abrir las puertas

El derecho a la identidad se constituyó en nuestro «derecho bisagra» ya que abrió las puertas para el acceso a otros derechos como la educación, el trabajo, la salud y también nos posibilitó recuperar a nuestras familias que nos habían expulsado de manera temprana del hogar. Con el reconocimiento del Estado hacia nuestras identidades y los cambios culturales vinculados a esto pudimos recuperar y reconstruir esos lazos afectivos que se habían cortado.

La Ley de Identidad de Género ayudó a que varias de nosotras podamos participar en organizaciones políticas, ya que si bien hubo experiencias de algunas compañeras que militaban en partidos políticos, es a partir de la ley que muchas otras pudimos involucrarnos y desde ahí saltar lo que yo llamo «la quintita de la diversidad sexual» para empezar a trabajar por diversas poblaciones que demandan derechos y luchan para que los mismos sean reconocidos.

Es así que me tocó militar dentro del Frente Nacional por la Igualdad del Movimiento Evita y esto permitió multiplicar las experiencias que hemos sabido construir en el recorrido histórico para la consecución de la Ley de Identidad de Género, una vez reconocidos nuestros derechos podemos trabajar otras demandas de la población en general.

Vigilia frente al Congreso el 9 de mayo de 2012.

Hoy la historia nos encuentra orgullosxs de nuestros logros y a la vez conscientes y movilizadxs para obtener la Ley Integral Trans, ya que si bien hoy en la Argentina está reconocido el derecho a la identidad de género, vemos que ante tantos años de estigma, discriminación, criminalización y ausencia por parte del Estado con esta ley no alcanza. Por esto planteamos que nuestras necesidades de acceso a la vivienda, a la salud, a la educación, a la justicia, al trabajo puedan ser efectivamente garantizados mediante la promulgación Ley Integral Trans. #LeyIntegralTransYa!

(*) Directora nacional del INADI en el área de políticas y prácticas contra la discriminación.

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